jueves, 21 de junio de 2012

De Amor y de Vecinos

Ayer leí un artículo, una noticia en un diario de internet que decía que científicos habían encontrado el lugar exacto del cerebro donde se origina el amor. Decía que está en el mismo lugar que el deseo sexual y la conducta adictiva, algo así...es decir, que las tres cosas están en el mismo lugar, pero separados entre sí. Se lo cuento a mi amiga, le paso el artículo y lo primero que me dice es: 'no me sirve, quiero que me saquen esa parte del cerebro, y como no es una cosa sola no se puede'. Qué genial respuesta! Lo mismo había pensado yo, qué bueno sería si eso se pudiera extirpar, pero sólo lo del amor, lo del deseo sexual y lo de las adicciones no, eso no jode.
Ahora voy a hablar de mis vecinos, siempre tengo vecinos raros en donde me mude.
Cuando tenía 9 años vivía en Wilde, al lado vivía Rafael, un señor que hacía pizzas y las vendía, no tenía una pizzería, él simplemente vendía en el barrio y cuando nosotros le comprábamos nos las pasaba por arriba de la medianera. La mujer se llamaba Mabel y andaba siempre con su perro salchicha que se llamaba Bonifacio. Una vez Mabel se tiró un pedo adelante de mi vieja.
Al otro lado de la casa vivían una familia que tenían una panadería en el centro de Wilde, tenían tres hijas chiquitas y cuando iba a jugar a la casa de ellas me mordían.
A los 16 nos mudamos a Quilmes, barrio de calles de tierra, pocas casas y muchos terrenos a construir. Al lado no teníamos vecinos, a la vuelta vivía un señor que hacía pepinos en conserva y criaba perros Doberman para venderlos, le apodábamos 'Pepinito'. Todos nuestro vecinos tenían apodos. A la señora del almacén le decíamos 'Lara' porque mi tía decía que se parecía a 'Lara Croft', nada que ver pero igual todos le decíamos Lara secretamente. Como al del supermercadito de enfrente, 'El Gitano', no era gitano, pero por alguna razón le decíamos de esa manera, menos mal que nunca se enteró. Él atendía la caja y para hablar nunca abría la boca, se le oía como un susurro.
De quilmes me fui a Barracas, un departamento antiguo. Arriba vivía una familia re loca, la madre le gritaba todas las mañanas a su hija adolescente que se levantara y tenían discusiones interminables. Al marido le gritaba: 'inútil, no servís para nada!'. Todos discutían con todos todo el día a los gritos.
Luego me mudé a Pompeya, un PH antiguo, mi abuela era mi vecina de abajo y al lado había una mujer que le tenía fobia a los perros, cada vez que mi abuela sacaba a pasear a su pseudopequinés la loca vecina gritaba que sacara a ese perro porque corría peligro su vida...
Después de un tiempo me fuí a vivir a un departamento en la calle Anchorena, ahi tuve a los vecinos más raros de la historia. Al lado, divididos por una pared de morondanga vivían una mujer mayor y su sobrino de 40 años vividor. Él no trabajaba, ambos vivían de la jubilación de la vieja. Todas pero absolutamente todas las noches se peleaban a muerte, volaban cosas, golpes, gritos, llantos de la pobre vieja pelotuda que mantenía al sobrino larva, y siempre la temática era 'vos te cogiste a mi viejo', le decía él a ella, y ella se lo negaba...todas las noches era lo mismo, gente enfermisima.
Ahora tengo de vecino a un friky que vive solo, debe tener mi edad, unos 26 años. Todos los días escucha exactamente las mismas canciones, si no es Charly García es Babasónicos. No se cansa de escuchar siempre lo mismo una y otra vez, y cuando invita gente les hace escuchar lo mismo!
Yo no quiero tener contacto con mis vecinos, nunca les hablo, sólo les digo hola. Para ellos debo ser 'la antisocial del piso 12'. Y a mucha honra.