lunes, 15 de abril de 2013

Hoy no voy a bañarme

Me despierta el sol que entra por las hendijas de la persiana y un pensamiento: hoy no quiero romperme el cerebro buscando soluciones.
Lagañas, cansancio acumulado del domingo.
Pienso en un malentendido incómodo, pero eso ya se solucionó.
Pienso...no, hoy no voy a romperme el coco. Hoy no voy a bañarme.
Tomo una taza color ladrillo, la lleno, mitad leche, mitad agua...microondas, 1 minuto, café instantáneo, azúcar. Todas las mañanas el mismo ritual.
Subo todas las persianas y mientras, pienso...pero hoy no voy a romperme el coco...hoy no voy a bañarme.
Vuelvo a mi cama con el café con leche. Prendo la tele y la compu...y pienso.
Hoy nadie me pregunta cómo estoy. Pienso en llamar a mi psicologa. No lo hago.
Jogging negro, remerota gris. Hoy puedo ser una mujer, un hombre o la mona chita.
Hoy tengo un día emo. Dejo a Abril en la escuela, prendo el mp3, auriculares tocándome el tímpano, volumen al máximo para que me duelan los oídos. Pongo cara de videoclip y camino. El viento me abre el flequillo al medio pero hoy no me importa. Esquivo cacas de perro. Me compro un Milka con almendras gigante, me lo como todo. Me siento culpable y compro otro para Abril.
Al final del día pienso que fue muy difícil no pensar. Me miro al espejo, intento peinarme.
Voy a bañarme.

jueves, 4 de octubre de 2012

Abril en Octubre

Sos lo más puro del amor. Sos el aire cuando corres por la casa y sos el agua calma cuando te veo dormir. El fuego cuando me mostras tu carácter y defendes hasta el último segundo tus convicciones.
A veces tenes miedo, y trato de ayudarte a vencerlo...aunque no siempre resulte y termines durmiendo al lado mio.
Te gusta la magia, pero más te gusta descubrir cómo se hacen los trucos. Te gusta investigar.
Sos tranquila, fresca, generosa y muy cariñosa. Sensible al extremo como yo, visceral. Romántica.
Te gusta bailar y cantas a escondidas porque te da vergüenza  Una vez, mientras te bañaba, me compusiste una canción que se llamaba "la lluvia". Sos creativa.
No te gusta buscar cosas ni ordenar.
No sos ingenua, crees en papá Noel, pero no en los gordos que se disfrazan de él en los shoppings
Sos sencilla en tus gustos, tu comida favorita son los fideos con manteca y queso, pero también compartis la pasión por los alcauciles conmigo.
Te gusta jugar con pelotas y globos. Tu vincha para el pelo favorita tiene una flor gigante color rosa.
Te gusta la música. Te gustan los Beatles y cantamos juntas todas las canciones por fonética.
Queres que nos mudemos a una casa más grande sólo para tener un perrito.
Una vez cada 15 días me preguntas qué es la fuerza de gravedad y nunca sé bien qué contestarte.
Sos hermosamente combativa, te duelen las injusticias.
A veces te enojas mucho cuando no te sale algo, o cuando perdes en algún juego.
Te encanta jugar al ajedrez, pero sólo si yo te digo qué pieza mover.
De vez en cuando te colgás, observas a los demás como mirando desde adentro tuyo, pensativa, volás.
Tenes sentido del humor...cuanto nos reimos! Leemos cuentos, inventamos historias locas sin sentido e idiomas que no existen. Nos disfrazamos de princesas y payasos.
Loca, dulce, hermosa, cachetona.
 Hija, compañera mía para siempre. Felices 7 años. Veo tu sonrisa sincera y se me llena el corazón.

miércoles, 11 de julio de 2012

Desconfiada

Soy Emilia Beznec, y soy desconfiada. Desconfío de todo o casi todo.
El otro día veía una propaganda de GREENPEACE y me di cuenta de que nunca doné un centavo no porque sea rata o desinteresada por la naturaleza, sino porque no confío.
No confío en COTO cuando la cajera te pregunta si queres donar 2 centavos a la fundación pirulito, siempre digo que no.
No confío cuando en la calle juntan firmas para algo, nunca firmo.
No confío en los encargados de los edificios, en los empleados de MCDONALDS (no se lavan las manos), en los que trabajan de atención al cliente y son amables.
No confío en ningún hombre, ni en ninguna mujer que hable mucho. No confío en los médicos, siempre busco una segunda opinión para estar segura.
No confío en el redial del teléfono, en los fanáticos religiosos, en los heladeros, en los pizzeros.
No confío en que los autos paren con el semáforo en rojo, siempre pienso que alguien se puede colgar y atropellarme mientras cruzo correctamente.
No confío en las invitaciones de FACEBOOK, ni en los que te envían solicitud sin conocerte. En los timbres de los colectivos, nunca estoy segura de que sonó y el chofer lo escuchó hasta que me abre la puerta.
Desconfío de los vendedores de zapatos. De los ascensores. De los embutidos, pero igual los como. De los alfajores que venden en los colectivos, pero igual los como. De los curas y las monjas. De la gente que cuenta sus historias paranormales. De los chinos. De los periodistas de chimentos.
No confío en los camareros, siempre pienso que en cualquier momento mandan todo a la concha de la lora y me rompen una botella en la cabeza, cansados de cumplir ordenes.
No confío en los que se desesperan por abrir las botellas en las fiestas y hacen volar el corcho.
No confío en mis hormonas. En las maquinitas de slots. En los celulares TOUCH. En las panaderas de la vuelta de mi casa.
Desconfío de que me carguen lo que yo pago en la tarjeta SUBE. De las páginas de búsqueda laboral. De los sándwiches de milanesa que venden en la playa, deben ser un %50 empanados con arena.
No confío en los pasajeros que comparten el anden del subte conmigo, pienso que cualquiera se puede volver loquito y suicidarse o tirarme a mi a las vias!
Podría seguir escribiendo más y más cosas porque creo que son infinitas, y ya se está poniendo denso mi blog.
Este post no tiene remate. Tengo problemas.

jueves, 21 de junio de 2012

De Amor y de Vecinos

Ayer leí un artículo, una noticia en un diario de internet que decía que científicos habían encontrado el lugar exacto del cerebro donde se origina el amor. Decía que está en el mismo lugar que el deseo sexual y la conducta adictiva, algo así...es decir, que las tres cosas están en el mismo lugar, pero separados entre sí. Se lo cuento a mi amiga, le paso el artículo y lo primero que me dice es: 'no me sirve, quiero que me saquen esa parte del cerebro, y como no es una cosa sola no se puede'. Qué genial respuesta! Lo mismo había pensado yo, qué bueno sería si eso se pudiera extirpar, pero sólo lo del amor, lo del deseo sexual y lo de las adicciones no, eso no jode.
Ahora voy a hablar de mis vecinos, siempre tengo vecinos raros en donde me mude.
Cuando tenía 9 años vivía en Wilde, al lado vivía Rafael, un señor que hacía pizzas y las vendía, no tenía una pizzería, él simplemente vendía en el barrio y cuando nosotros le comprábamos nos las pasaba por arriba de la medianera. La mujer se llamaba Mabel y andaba siempre con su perro salchicha que se llamaba Bonifacio. Una vez Mabel se tiró un pedo adelante de mi vieja.
Al otro lado de la casa vivían una familia que tenían una panadería en el centro de Wilde, tenían tres hijas chiquitas y cuando iba a jugar a la casa de ellas me mordían.
A los 16 nos mudamos a Quilmes, barrio de calles de tierra, pocas casas y muchos terrenos a construir. Al lado no teníamos vecinos, a la vuelta vivía un señor que hacía pepinos en conserva y criaba perros Doberman para venderlos, le apodábamos 'Pepinito'. Todos nuestro vecinos tenían apodos. A la señora del almacén le decíamos 'Lara' porque mi tía decía que se parecía a 'Lara Croft', nada que ver pero igual todos le decíamos Lara secretamente. Como al del supermercadito de enfrente, 'El Gitano', no era gitano, pero por alguna razón le decíamos de esa manera, menos mal que nunca se enteró. Él atendía la caja y para hablar nunca abría la boca, se le oía como un susurro.
De quilmes me fui a Barracas, un departamento antiguo. Arriba vivía una familia re loca, la madre le gritaba todas las mañanas a su hija adolescente que se levantara y tenían discusiones interminables. Al marido le gritaba: 'inútil, no servís para nada!'. Todos discutían con todos todo el día a los gritos.
Luego me mudé a Pompeya, un PH antiguo, mi abuela era mi vecina de abajo y al lado había una mujer que le tenía fobia a los perros, cada vez que mi abuela sacaba a pasear a su pseudopequinés la loca vecina gritaba que sacara a ese perro porque corría peligro su vida...
Después de un tiempo me fuí a vivir a un departamento en la calle Anchorena, ahi tuve a los vecinos más raros de la historia. Al lado, divididos por una pared de morondanga vivían una mujer mayor y su sobrino de 40 años vividor. Él no trabajaba, ambos vivían de la jubilación de la vieja. Todas pero absolutamente todas las noches se peleaban a muerte, volaban cosas, golpes, gritos, llantos de la pobre vieja pelotuda que mantenía al sobrino larva, y siempre la temática era 'vos te cogiste a mi viejo', le decía él a ella, y ella se lo negaba...todas las noches era lo mismo, gente enfermisima.
Ahora tengo de vecino a un friky que vive solo, debe tener mi edad, unos 26 años. Todos los días escucha exactamente las mismas canciones, si no es Charly García es Babasónicos. No se cansa de escuchar siempre lo mismo una y otra vez, y cuando invita gente les hace escuchar lo mismo!
Yo no quiero tener contacto con mis vecinos, nunca les hablo, sólo les digo hola. Para ellos debo ser 'la antisocial del piso 12'. Y a mucha honra.

jueves, 17 de mayo de 2012

Crisis Feminista Aguda

Yo quisiera saber por qué nunca me pasa lo que les pasa a las protagonistas de las películas.
Porque una se conforma pensando: es sólo una película, nunca pasa en la vida real...pero el tema es que sí pasa, sino, de dónde sacan las ideas para las historias?
 En alguna parte del planeta, a alguna mujer le debe suceder que se cruce con un tipo normal, que no sea vueltero, que esté bueno, que sea caballero, que no huya como rata por tirante, que deje su egocentrismo de lado de vez en cuando, que luche por ella, que sea romántico sin llegar a cursi...no sé, yo creo que si, pero trato de pensar que no existe, porque sino me tengo que pegar un tiro.
Cagones insensibles son todos.
Una vez Freud preguntó: ¿Qué quieren las mujeres? Y la pregunta se puso de moda.
Nos catalogan de histéricas, de que no sabemos lo que queremos, de que nada nos viene bien, de hincha pelotas...Y saben qué? Forradas son! Puras patrañas!!! Hombres decentes (a ustedes les hablo) no se lo crean!!!
Hoy puedo confirmarles que mis amigas y yo NO LO SOMOS, y tengo pruebas, y a las pruebas me remito.
Ustedes que tienen pito son los vuelteros histéricos. Y con esto termino, ya sé que me puse demasiado feminista, en este momento es el sentimiento que predomina en mi, corre por mis venas y me sale por los poros en forma de puntos negros que debo explotarlos, y lo hago a mediante mi blog.

domingo, 18 de marzo de 2012

Gente normal

La gente normal se junta con gente normal. Llegué a esa conclusión hace unos días. Hoy voy a hablar de la gente normal.
El planeta está lleno de esta gente, son mayoría, por eso los raros sufrimos tanto y no encontramos nuestro lugar en el mundo.
 Pero son ellos los que están equivocados! Tendrían que ser expulsados a vivir en el planeta de la felicidad continua de su vida miserable y vacía que carece de emoción.
La gente normal cuando atraviesa la niñez es egoísta y siempre va a pensar primero en su propio beneficio, en salvar su culo antes que nada cagándose en los demás niños. Son populares y tienen pelo lindo en la adolescencia.
Cuando van creciendo se vuelven más pelotudos todavía. Miran a Tinelli, en el caso de las mujeres miran "Lobo" solo porque la sociedad les hace creer que Gonzalo Heredia es fachero, y no es fachero.
Cuando se ponen de novios van a pasear en bote por Palermo. Van al cine. Planean vacaciones 'juntitos' a la costa atlántica. Después de dos años de noviazgo planean el casamiento. Les importa extremadamente mucho la fiesta y ponen esmero en encontrar los souvenires indicados para esta ocasión tan tan importante (quieren dos lechucitas en miniatura de vidrio sobre una rama y que los colores combinen con los del salón de fiesta, eso va en tu honor Walter).
Cuando tienen hijos los llevan a ver al Sapo Pepe al teatro en las vacaciones de invierno. En las reuniones de padres del colegio preguntan idioteces como: '¿en la merienda les dan yogur de frutilla o de vainilla? porque a mi hijo no le gusta el de frutilla'. PELOTUDA QUE CRÍA PELOTUDOS. Y también son las que siempre recaudan la plata entre las madres cuando hay que comprar algo para el día del maestro o cosas así. Siempre se quedan con el vuelto.
La gente normal se junta con gente normal. Están en todos lados, en el bondi, en el subte, en la calle, en las plazas, en los shopping. Disfrutan de un 'hermoso domingo al aire libre' mientras yo espero que se largue a llover y haga frío para taparme con la frazada hasta la nariz y no pisar la calle.
Les gusta 'organizar' y si no lo hacen sienten que quedan excluidos de la sociedad.
Escuchan a Shakira, a Ricky Martin y les parece que Ricardo Arjona tiene unas letras hermosas y super poéticas.
Capaz me equivoco, capaz estoy re acertada.
Me cansé de describir a gente normal. Aburrido.
Mi pregunta es: ¿es feliz ésta gente? ¿tendríamos que unirnos a esta masa de descerebrados y dejar que la vida nos lleve hacia la mismísima nada? ¿la mismísima nada no estará buena?
Yo creo que no, pero puedo estar equivocada.
Quiero un helado.

lunes, 24 de octubre de 2011

El misterio del panchito y el delfín

Hay recuerdos que se esconden en el cerebro porque dan vergüenza o son desagradables, y una noche, así como si nada, mientras estas tratando de dormir salen a tomar aire y hacen que quieras pegarte un tiro en ese instante pero, como no tenes una pistola a mano, solo podes percatarte de la cara que estas poniendo en ese momento: los ojos totalmente abiertos en la oscuridad, la boca haciendo un gesto de asco y las cejas super levantadas...y ahí te acordas, como si lo estuvieras viviendo en ese momento....que a los 17 años te besabas con un chico que tenía cara de delfín. Si, cara de delfín, literalmente.
Eso me retrotrajo automáticamente a un día de picnic en Palermo. Habíamos ido con mis amigas a ver a unos chicos que conocimos en Bariloche, entre ellos estaba el delfín. Barbara, Patricia y yo, las 3 más chatas que una tabla (perdón chicas, fue hace mucho, ahora les crecieron), todas usábamos push-up, o sea, corpiñitos con relleno, panchitos como le dice mi vieja...Estábamos sentadas alrededor de las cosas del picnic al aire libre bajo un arbolito, calor, y los chicos jugando al fútbol (maldito fútbol), que de a ratos se acercaban a tomar gaseosa. En un momento, miro hacia el pastito y veo un panchito....panchito del corpiño!!!! Ahí, solitario, blanco inmaculado, camuflado entre los paquetes de papas fritas. ¡¿De quién es?! me pregunté....miré a mis amigas, ninguna se había dado cuenta, se acercan los muchachos, no me dieron tiempo de nada....¡¿De quién es la puta madre?! me volví a preguntar....nadie lo veía. Muy disimuladamente me fijo si tenía una tetita más chica que la otra...mío no era. Respiré aliviada. ¿¡Pero de quien era?! Logro hacerle una mirada a Patricia, lo ve, Barbara también lo ve! Y estallamos en risa. Los chicos no entendían nada, no podíamos parar de reirnos, hasta que se fueron a jugar el octavo tiempo de su puto partido. Agarramos el panchito, no voy a decir de quien era, pero podía ser de cualquiera.
El tema es, que yo me besaba con un chico con cara de delfín y una amiga perdía su relleno del corpiño en los bosques de Palermo en la misma época. Lo recordé anoche, no sé por qué. Quería inmortalizar el recuerdo en el blog por si lo vuelvo a olvidar.
Ah! Y al chico flipper no lo vi más, no por su cara de delfín, sino porque era un tarado.
Y gracias al cielo que ahora hacen corpiños con el relleno pegado.